viernes, 13 de marzo de 2009

La cultura logra encuentros alteños

La cultura logra encuentros alteños
(La Razón)
La fecha más esperada en el barrio de Alto Lima, en El Alto, es el preste del Tata Santiago. Este año, la familia Sillericona será la encargada de contratar a los mariachis; y sus nuevos inquilinos, recién llegados de Chua, se comprometieron a interpretar algunos k'antus y elaborar las tradicionales mesas.Más a la moda, los jóvenes alistan una recopilación de la banda de rock alteña Scoria pues, según su parecer, la orquesta de cumbia del barrio, dirigida por el "cambita", no cambia su repertorio musical, a pesar de los años.Para Santos Callejas, encargado de la Casa Juvenil de las Culturas Wayna Tambo, que este mes celebró 10 años de vida, la escena de Alto Lima resume lo que a diario se vive en la ciudad más joven de Bolivia."El Alto es una especie de mixtura cultural", dice al referirse al elemento que constituye el sello de identidad de esa urbe: la migración, tanto del área rural y de otras ciudades del país —entre ellos los rebalses de La Paz— como de otros países, como es el caso del Perú.Ante esa diversidad, los habitantes de El Alto, en especial los jóvenes, han encontrado en el desarrollo de expresiones culturales una forma de relacionarse, dialogar y encontrarse entre sí."Es una especie de catalizador, de decir 'aquí estoy y valgo'", explica Callejas y añade que sin esos espacios de encuentro sería inevitable la irrupción de conflictos interculturales violentos.Para el comunicador, es en los conciertos de música, organizados por Wayna Tambo, donde los espacios de diálogo cultural encuentran su mejor expresión."Antes había muchos prejuicios entre los músicos de rock subterráneo, los cantantes de trova, hip hop y los intérpretes de música autóctona", recuerda.Ahora, todos ellos intercambian instrumentos y se reúnen para grabar álbumes juntos.Esa convivencia intercultural, a través de la música, es también visible en la Escuela Municipal de las Artes, donde los instrumentos occidentales y los andinos se funden diariamente en los ensayos de la Orquesta Municipal, dirigida por Freddy Céspedes.Fueron los propios alumnos del elenco municipal los que solicitaron se incorpore elementos de su propia cultura en el ensamble.Así, zicus y violines resuenan al unísono en los ambientes de la Alcaldía Municipal, interpretados por niños y jóvenes.Durante el Festival del Sol, ellos llevan su música a comunidades rurales, en un intento de crear puentes de comunicación e intercambio.Marlene Mercado, responsable de las Escuelas Municipales, recuerda que al comienzo eran los padres de familia los que se oponían a que sus hijos interpreten instrumentos foráneos, no andinos."Ahora llegan los papis preguntando dónde pueden conseguir los CD de Beethoven y Mozart". Y así, "ellos han llegado a valorar aquello que es 'diferente' y han aprendido, a través de sus hijos, que esas experiencias no significan algo malo, sino una posibilidad de enriquecer su propia cultura".Pero no sólo la música abre alternativas de diálogo, también la poesía sirve de instrumento para el encuentro y el debate de ideas entre la ciudad y el área rural.Esa es la labor que cumple el Centro Albor, que a través de la poesía y la declamación abre espacios de reflexión con los habitantes de las provincias paceñas, a través de giras por dichas comunidades altiplánicas.Los cerca a 50 integrantes del centro presentan obras basadas en temas como los derechos humanos y la violencia intrafamiliar, entre otros, y posteriormente, al finalizar las lecturas, se instala una mesa de discusión en plazas o escuelas del campo, donde los comunarios expresan libremente sus impresiones sobre la obra."Cuando nos ven en escena, uno puede ver en sus rostros como se van apropiando de nuestra realidad, que al final es la misma que ellos viven", explica el director de Albor, Willy Flores, y añade que algunas veces los indígenas se apropian de las técnicas de declamación para manifestar sus inquietudes."Tienen unas ansias de hablar y decirle a ese mundo que los discrimina y los ve con indiferencia que tienen proyectos y necesidades", dice Flores quien ha llevado sus festivales poéticos hasta Wiñay Marka, en el Perú, a iniciativa de algunos de los miembros peruanos que conforman Albor.Para Flores la cultura se está convirtiendo en un espacio alternativo donde se capacitan a los líderes alteños del mañana.Comparte esa opinión Iván Nogales, director de Compa Trono, quien considera que en El Alto se desarrolla "un fenómeno muy especial" donde las culturas urbanas y rurales hallan en las expresiones artísticas un puente de encuentro y una forma de generar nuevos liderazgos, ante la ausencia de iniciativas que partan desde las autoridades estatales y políticas.Nogales recuerda que después de los trágicos hechos de octubre del 2003, los alteños expresaron sus vivencias a través del teatro, la música y la literatura, buscando un crecimiento comunitario, fuera del campo político."Ante esa ausencia de líderes, encontraron en el arte una forma de coexistencia y guía".Pero no sólo se crean espacios de diálogo en instituciones o centros culturales. En las calles alteñas los habitantes de la urbe andina crean sus propios espacios cotidianamente.Así lo aseveran Marco Alberto Quispe y Eulogia Tapia, quienes trabajan en el Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza de la ciudad de El Alto.En sus orígenes la Feria 16 de Julio se creó como un espacio de intercambio de productos del Perú, las comunidades del altiplano boliviano y La Paz, explican.En la actualidad, "más allá de la venta y la compra, la gente, ante la ausencia de espacios públicos para el encuentro, va a pasear por la feria", afirma Quispe que cree que eso explica el constante crecimiento de dicha feria.Su compañera apunta a la denominada Universidad de la Vida, un espacio ubicado en la Ceja y donde la gente se reúne todos los días a hablar sobre política, deporte y hasta filosofía."Son personas que están ansiosas por dejar escuchar su voz y que se expresan libremente".Algunas de las iniciativas artísticas de diálogo que se desarrollan en la ciudad más joven de Bolivia Teatro • El Teatro Camión es el escenario ambulante creado por Compa Trono. En él, los integrantes del elenco desarrollan obras propias que posteriormente se presentan en un trailer en distintos barrios de El Alto. Además de las actuaciones, los artistas realizan talleres en los que los vecinos expresan la riqueza de su cultura. Gracias a ese diálogo, los vecinos de la calle Eduardo Calderón, de Ciudad Satélite, están debatiendo el nuevo nombre que le pondrán a su cuadra. "Constructores de nuestra democracia" es una de las alternativas. Música • Gracias a una alianza con la productora discográfica Pro Audio, Wayna Tambo produce materiales musicales de distintos géneros. Así, Scoria y Tuberculosos, en rock subterráneo; Sergio Antezana y Entre dos aguas, en canción nueva; Willcamayu, en música autóctona; Edil Hernani, en new age; y Wayna Rap, en hip hop han producido varios CD. Con ello, grupos de jóvenes que antes no congeniaban, debido a sus gustos musicales, hoy se reúnen periódicamente para participar de conciertos y para compartir su material entre ellos. Poesía • El Centro de Poesía Albor tiene como objetivos el desarrollo psicosocial de la población alteña —a través de la poesía y el teatro— y mejorar las condiciones de socialización de niños y jóvenes mediante la oratoria. La institución ha publicado varios libros poéticos y tiene previsto la presentación la próxima semana del recital poético "Dame tu mano", que se centra en los derechos humanos y que fue escrita por niños. En abril, el elenco pondrá en escena la obra La boliviada, que profundiza en los abusos que se perpetraron contra los indígenas. Investigación • El Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza acaba de implementar en sus ambientes de El Alto el Centro de Investigación Documentación y Acceso a Tecnologías (CIDAT). El centro tiene como objetivo incrementar la producción intelectual de las mujeres alteñas, formar investigadores comunitarios y difundir su obra. Su biblioteca cuenta con 4.000 títulos, videos, archivos de sonido e imágenes. En sus instalaciones las mujeres alteñas discuten temas de género, derechos humanos, sexualidad, comunicación, cultura y desarrollo. Entrevista“Tenemos que empezar a valorarnos por casa"ALBERTO SCHWARTZBERG, es el director de Cultura de la Alcaldía de El Alto.Alberto Schwartzberg considera que el paso más importante en la búsqueda del diálogo intercultural que ha realizado la Alcaldía de El Alto ha sido la creación de la Escuela Municipal de las Artes, espacio artístico que para el director de Cultura de dicho municipio "será la base de la unidad nacional".En una ciudad tan diversa como es El Alto, ¿cómo la cultura puede ayudar a una convivencia pacífica?Vivimos en un país de diversas lenguas y culturas y el comprender cada una de ellas y conocer su raíz fortalecerá nuestra autoestima como nación y así se empezará a construir un fin común.En ese sentido, el desarrollar actividades artísticas que engloben todas las visiones culturales que existen en esta ciudad permitirá que nos conozcamos como país. Tenemos que empezar a valorarnos por casa si queremos que el mundo nos valore tal cual somos los bolivianos.¿Cómo busca realizar ese objetivo la Alcaldía de El Alto?En El Alto estamos fortaleciendo la autoestima de las personas, a través de su propia cultura.Tenemos la intensión de convertirnos en un centro de investigación cultural, primero del área occidental y a futuro englobar todas las cosmovisiones culturales que existen en el país.Para ello, tenemos que lograr que los niños comprendan que la diversidad es buena y es nuestra fortaleza. Por eso, el municipio alteño ha creado el año 2001 la Escuela Municipal de las Artes, donde sus integrantes fortalecen no sólo sus conocimientos artísticos sino que dialogan con otras expresiones culturales de Bolivia y del mundo.¿Cómo se manifiesta ese diálogo cultural en la Escuela Municipal de las Artes?Un ejemplo de ello ha sido la presentación, el año pasado, del concertista de guitarra cruceño Piraí Vaca. Muchos de los espectadores que asistieron a los conciertos quedaron admirados por la música y su intérprete.Esa curiosidad causó que muchos jóvenes busquen interiorizarse en un estilo musical poco conocido en esta ciudad.¿Cuáles son los proyectos culturales de la Alcaldía?Queremos llegar a más gente y descentralizar las actividades de la Escuela Municipal de las Artes. Para ello, estamos abriendo las Casas Culturales en distintos distritos municipales, donde también se está dando la formación artística de forma gratuita.Nuestros propios alumnos están impartiendo sus conocimientos a otra gente y ahora, con la cooperación internacional, planeamos diversificarnos a los nueve distritos de El Alto.También, próximamente, llevaremos la cultura y las tradiciones de los kallawayas a las escuelas, para que los estudiantes conozcan esa tradición andina, que ha sido reconocida a nivel internacional.
Correspondencia, sugerencias e informaciones a:prensabolivia@interlatin.comFax : 591-2-225734

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